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domingo, 15 de mayo de 2011

LA ESPERANZA DE SALIR DE LA CRISIS

Reflexionando acerca del a esperanza, una palabra nada mas pero que en si misma tiene un valor inapreciable, de poco o nada nos acordamos de la esperanza en los mejores momentos de nuestra vida, pero cuando sufrimos crisis o tribulaciones es cuando esta palabra tiene mas sentido y nos provoca una sensación agradable, la esperanza sea cual sea es lo mas dulce que tenemos en momentos de crisis, es nuestro escudo a los problemas, a las depresiones , a la soledad.
 Esperanza es una palabra sagrada, que puede contener todos lo bueno de este mundo, nadie debe permitirse no tener esperanza, ¿en Que?, En Dios, es en el en quien se encuentra nuestras fuerzas en quien nuestra esperanza tiene fundamento, Permite que nuestra esperanza llegue a buen termino en ti señor.

INICIO DE LA CRISIS

Por crisis económica de se conoce a la crisis económica mundial, originada en los Estados Unidos. Entre los principales factores causantes de la crisis estarían los altos precios de las materias primas, la sobrevalorización del producto, una crisis alimentaria mundial y energética, una elevada inflación planetaria y la amenaza de una recesión en todo el mundo. La causa raíz de toda crisis según la Teoría austríaca del ciclo económico es una expansión artificial del crédito.
La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en su primer discurso en la 63ª Asamblea General de la ONU denominó a dicha crisis como Efecto Jazz, dado que el origen de la crisis fue el centro de Estados Unidos y se expandió hacia el resto del mundo, en clara contraposición a crisis anteriores que se originaban en países emergentes y se expandían hacia el centro, como fueron el Efecto Tequila, Efecto Caipirinha y el Efecto Arroz.
La crisis iniciada ha sido señalada por muchos especialistas internacionales como la «crisis de los países desarrollados», ya que sus consecuencias se observan fundamentalmente en los países más ricos del mundo.

domingo, 17 de abril de 2011

Encuestas a personas anónimas


                                        ENCUESTA 1


  1-¿Que piensa en general sobre la crisis?
- La crisis es una situación en la que ahora todo el mundo la está sufriendo y pienso que aún durará unos pocos años más, y que esta situación la hemos creado todas las personas que vivimos en el planeta.

  2-¿Cual piensa usted que son los causantes de esta crisis?
- Yo creo que han sido mucho como por ejemplo la subida del petróleo, el gasto masivo de dinero… pero el mayor causante de la crisis ha sido para mi ver la mala organización que ha habido entre los gobiernos
 3-  ¿Ha recortado usted gastos en alguna o varias de estas áreas en los últimos meses?
- Claro que si, hemos recortado en esos pequeños detalles que si no los compras o que si no son imprescindibles para tu vida cuotidiana no deberías usar, y también claro que en el día a día.

4- ¿Le ha afectado la crisis a su vida cuotidiana?
- Como he contestado antes; sí. En pequeños detalles que marcan las cosas

5 -¿ En que aspectos?
- En aspectos muy sencillos como un viaje que hemos hecho o como un ejemplo reciente en las navidades.

6- ¿ Cuales crees que son las medidas que se deberían tomar para terminar o acabar con la crisis?
- Las medidas que se deberían tomar yo creo que tendrían que ser drásticas y para ponerlas se tendrían que quedar desacuerdo todos los gobiernos en poner las cosas justas.












                                        ENCUESTA 2


  1-¿Que piensa en general sobre la crisis?
- Yo pienso que ésta crisis que hay ahora es solo un paso duradero que no durará mucho más por suerte, también creo que tiene aspectos positivos ya que después de una crisis viene un tiempo de tranquilidad.

  2-¿Cual piensa usted que son los causantes de esta crisis?
- Yo creo que los causantes son los altos precios de los alimentos y que las personas estábamos acostumbradas ya unos años atrás a gastar mucho y ésta situación que nos vino hace unos años de repente y la gente se tenía que acostumbrar. 
3-  ¿Ha recortado usted gastos en alguna o varias de estas áreas en los últimos meses?
- Sí, pues claro que si como la mayoría de las familias.

4- ¿Le ha afectado la crisis a su vida cuotidiana?
- Sí, y muchísimo ya que ahora mucha gente en España está en el paro y mi mujer también lo está, y eso se está notando muchísimo que no podemos llegar a fin de mes.

5 -¿En que aspectos?
- A mi familia yo pienso que en general no, sino en todos es en casi todos los aspectos, pero en unos más que en otros.

6- ¿Cuales crees que son las medidas que se deberían tomar para terminar o acabar con la crisis?
- Creo que no hay medidas que tomar, y que en unos pocos años esto habrá pasado











                                        ENCUESTA 3


  1-¿Que piensa en general sobre la crisis?
- Yo no suelo pensar en la crisis, pero se que es una cosa muy mala que ahora está pasando en todo el mundo.

  2-¿Cual piensa usted que son los causantes de esta crisis?
- Creo que pueden haber muchos y seguro que los habrá, pero lo que más creo yo que ha afectado han sido la descoordinación de todos los gobiernos del mundo.
3-  ¿Ha recortado usted gastos en alguna o varias de estas áreas en los últimos meses?
- La verdad es que no mucho porque soy un anciano viudo que vivo solo y para cumplir mis necesidades no me hace mucho dinero.

4- ¿Le ha afectado la crisis a su vida cuotidiana?
- No, porque como te había dicho no me hace falta mucho dinero y la pensión me lo permite, con unos pocos euros que me saco de unos campos que tengo y antes de la crisis hacía lo mismo que hago ahora

5 -¿En que aspectos?
- En casi ninguno

6- ¿Cuales crees que son las medidas que se deberían tomar para terminar o acabar con la crisis?
- Las medidas serían que los gobiernos de entendieran y los precios de muchas cosas bajaran.













                                   ENCUESTA 4


  1-¿Que piensa en general sobre la crisis?
- La crisis es una forma de vida que por supuesto es mala en todos los sentidos que  nos está acompañando en estos momentos en nuestras vidas cuotidianas.

  2-¿Cual piensa usted que son los causantes de esta crisis?
  - Creo los únicos causantes de esta crisis somos las mismas personas que vivimos en el mundo y que nos gastamos mucho dinero.

3-  ¿Ha recortado usted gastos en alguna o varias de estas áreas en los últimos meses?
  - La verdad es que no mucho porque soy joven y estoy trabajando como abogado y vivo solo no mucho.

4- ¿Le ha afectado la crisis a su vida cuotidiana?
  - En casi ningún aspecto pero si que en algunos aspectos bastante concretos si que lo notado.

5 -¿En que aspectos?
  -  Como por ejemplo cuando me voy de fiesta hay que controlar más y gastarse menos dinero, también cuando me voy con mis amigos a comprarme ropa no te compras la misma cantidad de cosas.

6- ¿Cuales crees que son las medidas que se deberían tomar para terminar o acabar con la crisis?
- No entiendo mucho de esto, pero si que seguro que hay algunos remedios que se tienen que cumplir para que todo esto termine

domingo, 27 de marzo de 2011

LOS PRECEDENTES


Con patrón cambio oro, estabilidad monetaria, políticas económicas pasivas y una amplia libertad en el mercado financiero, los movimientos de capital en la década de 1920 en lugar de jugar un papel de equilibrio entre los países deudores y acreedores, contribuyeron, convergiendo con otros factores como la caída en los precios de los productos primarios y la fuerte declinación en la capacidad de importación de los países deudores, a desestabilizar la situación y desencadenar la crisis. Todos estos hechos fueron llevando a la crisis desencadenada el 24 de octubre de 1929 con la estrepitosa caída de los valores de la Bolsa de Nueva York. La especulación, basada en una increíble prosperidad que parecía no tener fin, había llevado el valor de los títulos negociados en Wall Street a casi el equivalente del ingreso nacional norteamericano. Cuando se produjo el pánico millones de títulos se ofrecieron a la venta en pocos días. Fue el puntapié inicial de la Gran Depresión de la década de 1930 en los Estados Unidos, que dejó al desnudo la incapacidad del saber teórico vigente para solucionar los problemas económicos y sociales generados por ella.
El primer aspecto a analizar es, sin duda, el cuestionamiento del pensamiento económico clásico, comenzando por el de sus mismos fundadores. La idea de la existencia de un “orden natural” desempeñó un papel fundamental en el nacimiento de la economía política: en ella tomó cuerpo la convicción de que las relaciones económicas entre los individuos están reguladas por leyes objetivas, con respecto a las cuales las leyes del Derecho Positivo, elaboradas por los propios hombres, no deberían entrar en contradicción. Así, Adam Smith vio a la sociedad como un todo orgánico, compuesto por átomos que se articulan, interactúan y tienden a un equilibrio. El hombre, al perseguir su propio interés individual buscando el máximo beneficio, “trabaja necesariamente para hacer que el ingreso anual de una sociedad sea el máximo posible”. Es llevado –según Smith– por “una mano invisible” que “lo conduce a promover un fin que no estaba en sus intenciones”.
Con esta idea se articula la Ley de Say, que comenzó a ser puesta en duda a luz de los hechos planteados por la Gran Depresión y que tiene un postulado principal: el reconocimiento de una fuerza natural propia del mercado que asegura que toda oferta crea su propia demanda para cualquier nivel de producción y de empleo, dejando sentado la inexistencia de desequilibrios económicos permanentes en el sistema. O, en palabras del mismo Say, “se ve pues, que el solo hecho de la producción de un bien crea, en ese instante, un mercado para otros bienes”. De allí se desprende un segundo supuesto. Según los economistas neoclásicos, la parte del ingreso ahorrado (no gastado en bienes de consumo) se destina a la inversión, en tanto que la demanda futura se satisface mediante la inversión presente. Hasta la década de 1920, estos postulados eran los pilares de la corriente principal de la economía. Con la crisis y posterior depresión de los años ’30 los argumentos empíricos y teóricos contrapuestos a la idea de un orden natural tomaron fuerza. Los empíricos penetraron naturalmente en el conjunto de la sociedad a través del desempleo, el derrumbe de muchas fortunas y la caída en la miseria de vastos sectores de la población. Pero las críticas provenientes de la teoría económica fueron igualmente decisivas. Partían del principio de que había, en verdad, una contradicción entre el interés de cada individuo y el interés de todos; que ambos no coincidían en la práctica. La objeción más directa a la Ley de Say consistió en reconocer el hecho de que la oferta no crea su propia demanda y de que las crisis son una consecuencia del funcionamiento mismo del sistema. Keynes, años más tarde, expresaría su crítica de este postulado en su Teoría General: resultaba una falacia suponer la existencia de “un eslabón que liga las decisiones de abstenerse del consumo presente con las que proveen al consumo futuro siendo que los motivos que determinan las segundas no se relacionan en forma simple con los que determinan las primeras”. De todos modos, en los hechos, desde 1929 a 1933, el PBI de EE.UU. cayó en cerca de la mitad, el consumo de bienes durables en un 70 por ciento, la inversión se redujo a su quinta parte y los precios al consumidor disminuyeron un 24 por ciento. Por su parte, lo que es más grave desde el punto de vista social, el número de desocupados pasó del 3,2 al 24,8 por ciento.
En un discurso pronunciado en 1937, el presidente Roosevelt analizaba retrospectivamente el colapso de 1929 y la depresión que lo siguió: “La sobreespeculación y sobreproducción de prácticamente todos los artículos o instrumentos usados por el hombre... millones de personas desocupadas, porque lo producido (anteriormente) por sus manos había excedido el poder de compra de sus bolsillos... Bajo la inexorable ley de la oferta y la demanda, los bienes ofrecidos llegaron a sobrepasar de tal manera la demanda que podía pagarlos, que la producción debió frenarse bruscamente. Como resultado de ello: desempleo y fábricas cerradas. Esos fueron los trágicos años de 1929 a 1933”.
Estos hechos determinaron el programa económico denominado New Deal (Nuevo Trato), sustentado en un fuerte respaldo a la inversión mediante la intervención estatal; que se hacía facilitando el crédito, realizando obras públicas para estimular la demanda e induciendo al empresariado a tomar trabajadores. Con estos objetivos se crearon numerosos organismos públicos, que en 1934 ya empleaban a cuatro millones de personas, y se emprendieron grandes obras hidroeléctricas. A través de medidas intervencionistas se procuró también salvar el sistema bancario, relanzar el crecimiento industrial e impedir la baja en los ingresos de los agricultores. En el dominio social se estableció el derecho a la negociación colectiva por parte de los sindicatos, se instauró un salario mínimo y se creó un sistema de seguridad social. En el sector externo se devaluó el dólar y se implementaron acuerdos de comercio recíprocos para agilizar el intercambio comercial y ganar mercados.
Entre 1933 y 1939 existió una reactivación indudable: el ingreso nacional se duplicó, al tiempo que mejoró la infraestructura productiva, aunque la economía norteamericana recuperaría los niveles anteriores a 1929 durante la Segunda Guerra Mundial. En todo caso, el New Deal impidió entonces que el american way of life fuera un camino a la desintegración y la decadencia.